lunes, 1 de diciembre de 2014

Reflexión en el portafolio docente

La reflexión debería ser algo constante en nuestra vida, no sólo en nuestra práctica docente. Vamos corriendo a todos lados, corremos por los pasillos porque llegamos tarde, damos las clases rápido porque no estamos cumpliendo la temporalización que nos habíamos propuesto, corregimos los controles rápido para empezar el próximo tema y no retrasarnos en el temario

Todos los cursos pienso lo mismo, “¡esto no puede ser así!” “Estoy estresada, los niños están estresados” “No estamos disfrutando de todo esto” Pero año tras año, vuelvo a caer en lo mismo.

En mi práctica docente falta la reflexión, intento modificar cada año, sobre la marcha, en función de las dificultades o intereses de mis alumnos, lo que había pensado o programado. Modifico actividades o pienso otras nuevas, pero no lo registro por escrito. En el papel queda la misma programación acartonada de siempre.

Aquí es donde pienso puede ser de gran utilidad el Portafolio. En el Portafolio se recogen muestras de las actividades realizadas durante el curso, exámenes y resultados. Es algo dinámico, vivo,  que se puede, y se debe, ir modificando de forma permanente. No es una foto fija. 


En mi opinión la reflexión debería formar parte no sólo de la tarea docente de forma global (que además es difícil de analizar), si no de cada uno de los aspectos de la tarea docente. Es el conjunto de todos esos aspectos los que conforman el trabajo que hacemos y que debemos ir desgranando para determinar su validez, utilidad y sentido.
Cortesía del autor (Free Digital Photos)

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